viernes, 8 de abril de 2011

Reseña 1


RESEÑA DEL TEXTO “EL SÍNDROME DEL BURNOUT EN LOS PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN” DE ISABEL M. MARTÍNEZ MARTÍNEZ, ROSA GRAU GUMBAU, MARISA SALANOVA SORIA DEL LIBRO PROCESOS PSICOSOCIALES EN LOS CONTEXTOS EDUCATIVOS

Se reconoce, en el campo de estudio científico definido y fecundo al síndrome del burnout como un  importante problema individual, social y académico. En el libro “Procesos psicosociales en los contextos educativos” se presenta el texto “El síndrome del burnout  en los profesionales de la educación”,  escrito por Isabel M. Martínez Martínez, Rosa Grau Gumbau, Marisa Salanova Soria. Profesora titular del Departamento de Psicología Evolutiva, y  Catedráticas de Psicología Social, respectivamente. Quienes tienen como objetivo estudiar el proceso de estrés en los profesionales de la educación, así como las consecuencias del mismo entre las que se encuentra el burnout, considerando además su dimensión positiva, es decir, el engagement. Y se fundamentan en la acción de afrontamiento al estrés, en la  prevención e intervención al burnout   y en desarrollos recientes como el engagement.

El estrés supone la existencia de un nivel alto de activación fisiológica, y es percibido como algo no placentero y  molesto para la persona que lo sufre. “El nivel de activación fisiológica es un fenómeno adaptativo de los seres humanos que contribuye, en buena medida, a su supervivencia, a un adecuado rendimiento en sus actividades y a un desempeño eficaz en muchas esferas de la vida” (Pág. 188, “Procesos psicosociales en los contextos educativos”). Lo que resulta nocivo es que la activación fisiológica se perciba como incontrolada y excesiva. Según Smilansky (1984) “Los mejores profesores, de acuerdo con la opinión de los  alumnos y los padres soportan situaciones de estrés”. (Pág. 188, “Procesos psicosociales en los contextos educativos”).
De acuerdo a esto, las demandas del trabajo representan superación de retos. Lo que aumenta la autoestima y  la eficacia, produciendo auto satisfacción, caracterizados en la docencia, como enseñar en nuevos cursos, implementar innovaciones educativas, desempeñar nuevos cargos, etc. que pueden tener resultados positivos en las personas, si se perciben como un desafío o un reto  y se cuenta con los recursos necesarios para afrontarlas.

Para prevenir e intervenir el burnout, se utilizan las estrategias; (i) individuales, que accionan directamente en el individuo, como la preparación y eficacia profesional mediante la formación, la armonía en las relaciones personales y la reconsideración del significado y valor del trabajo, dedicando tiempo al descanso.  (ii) Interpersonales y grupales, que se refieren a incrementar el apoyo social por parte de los compañeros y superiores, ya que “El apoyo social es una de las principales variables que permiten prevenir y aliviar las respuestas que la persona genera ante los estresores y sus efectos” (Pág. 193, “Procesos psicosociales en los contextos educativos”). (iii) Organizacionales, como evitar la sobrecarga laboral y facilitar la flexibilidad horaria.
No obstante, en las estrategias individuales se debe tener en cuenta un estilo de vida saludable como la adopción del ejercicio y una alimentación balanceada, así como lo propone Maslach (1999) en  “Síndrome de Burnout”. Y en las estrategias organizacionales se implica, un cambio estructural de la organización que de beneficios tanto a los empleados como a la empresa.

Finalmente, el engagement coincide con  la “Psicología positiva” que se focaliza sobre las fortalezas humanas y el funcionamiento optimo del ser humano, y no tanto sobre las debilidades y las disfunciones.  El engagement se refiere a un estado cognitivo-afectivo mas persistente en el tiempo y se caracteriza por altos niveles de energía mientras se trabaja, de persistencia y de un fuerte deseo de esforzarse en el trabajo” (Pág. 195, “Procesos psicosociales en los contextos educativos”).
Además, el engagement,  como un constructo motivacional positivo relacionado con el trabajo, se puede entender como un proceso opuesto y positivo al burnout, ya que se caracteriza por energía, implicación y eficacia, a diferencia del burnout que se determina por agotamiento, cinismo y falta de eficacia profesional.

En resumen, el síndrome del burnout, se fundamenta en la aparición de estrés en nuestras actividades diarias, amentando la activación fisiológica. Este padecimiento puede intervenirse con las estrategias individuales, grupales y organizacionales. Además, puede ser visto positivamente, percibiendo las altas exigencias laborales no como un malestar, sino como un reto o desafío.
Martínez, Grau y Salanova presentan un análisis del estrés que sufren los profesionales de la educación, debido a las altas exigencias en términos de largos e intensos periodos de presión temporal y rápidos cambios en la naturaleza de sus tareas a realizar. Se pone de manifiesto que llevando un estilo de vida saludable, se llegaría a la ausencia de consecuencias negativas en el trabajo y  se incrementaría aquellos aspectos positivos que  ponen al individuo en un estado de bienestar psicológico.

No. de palabras: 750

Sánchez Marin, Manuel. Grau Gambau, Rosa. Yubero Jiménez, Santiago. (2002).El síndrome del burnout en los profesionales de la educación. En: Procesos Psicosociales en los Contextos Educativos (pp. 187-196). Ediciones pirámide. Madrid.

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